lunes, 15 de julio de 2013

Mi primer año de instituto

Hola a todos, siento muchísimo que hayamos dejado el blog abandonado durante tantísimo tiempo, pero entre los exámenes finales, pereza, anónimos molestos, proyectos y demás apenas hemos tenido tiempo e inspiración para pasarnos por aquí, pero vamos a intentar sacar este pequeño rinconcito hacia delante. Para que me vayáis conociendo un poco, voy a contaros el peor año de mi vida: mi primer año en el instituto.

En el colegio se podría decir que era una chica bastante normalita, con complejos e inseguridades aunque no tan presentes como ahora. Tenía unas cuantas amigas, aprobaba todo (pero las notas no eran para tirar cohetes), me gustaba un chico un año mayor que yo (que hoy en día no sé como pudo llegar a gustarme ese imbécil)... Cuando llegué al instituto las cosas eran muy diferentes a como yo me las imaginaba, ya sabéis, había visto demasiadas películas americanas de esas con taquillas, una rubia mala, un chico guapo y encantador, un día a día en el que siempre pasaba algo... La realidad era muy diferente.

La cosa empezó mal ya desde el principio, llegué tarde el primer día y me tuve que sentar en la última fila (por aquel entonces yo todavía no llevaba gafas y veía menos que un murciélago). En seguida me convertí en la rarita y empollona de la clase, y en la diana de múltiples burlas por parte de "las chicas populares"(todas repetidoras y más huecas que un globo lleno de aire). Mis notas subieron sorprendentemente, que es todo lo contrario de lo que suele pasar cuando entras al instituto. Al principio me daba vergüenza ser la primera de la clase pero ahora estoy muy orgullosa de mí, y de lo que me avergüenzo en este momento es de no haber visto aquello como todo un logro.

Otro dato a tener en cuenta es mi reencuentro con una vieja amiga que no veía desde segundo de primaria más o menos. El destino, caprichoso como siempre, quiso que nos tocara en la misma clase. En cuanto lo supe me puse muy contenta, la había echado mucho de menos y siempre tuve la esperanza de que nos volveríamos a encontrar, y todo volvería a ser como antes. JA.

Más tarde, unas semanas después de que empezara el curso llegó un chico. Me agradó mucho ver que era del mismo sitio que yo, y enseguida me sentí atraída por él. Al principio todo era bastante normal, pero se empezó a volver una obsesión, hasta que cometí un error fatal: le dije lo que sentía por él. Desde entonces no me volvió a tratar igual y poco a poco me iba hundiendo yo solita en un pozo sin fondo. Muchas veces él me ilusionaba, otras pasaba de mi. Un día llegó a tener la poca sensibilidad de decirme que yo era su plan B (no me lo dijo con esas palabras, pero aún así dolió), y yo como una tonta, creí que era culpa mía el que yo no le gustara y que no me prefiriera a mi. 

En el segundo trimestre del curso él se mudó y se fue a otro instituto. En aquel momento esa noticia me destrozó, pero ahora doy las gracias por que así fuera. Después de eso caí en una especie de depresión silenciosa de la que no le hablaba a nadie, estaba verdaderamente hundida, como nunca lo había estado. Me volqué en los estudios y así fue como conseguí ser la primera de la clase.

Pensé que nada más me podía pasar a esas alturas, pero llegó el problema con esa vieja amiga con la que me había reencontrado. Me dí cuenta de que no podía confiar en ella, eso me dolió muchísimo. Aún hoy sigo sin dirigirle la palabra, y no tengo pensado hacerlo.

Otro motivo del que ya he hablado antes, y que contribuyó a hundirme eran los constantes insultos de las chicas de mi clase. Todavía hoy las recuerdo con rabia y un mal sabor de boca. Ellas consiguieron hacer de ese curso un infierno para mí. Sobre todo una en especial que además, estuvo saliendo con él. Sus comentarios eran especialmente crueles. Cada vez que me la cruzo por los pasillos recuerdo aquellos tiempos...

Por suerte para mí, y gracias a mis notas, en segundo me cambiaron a una clase en la que algunas asignaturas se impartían en inglés y en general todos sacaban buenas notas, lo que me ayudó a no sentirme tan fuera de lugar. Allí hice dos buenas amigas. A una no la había visto nunca pero la otra había estado en mi clase durante toda la primaria. Siempre fue la mejor, y todavía lo sigue siendo, junto con mi otra amiga. En esa clase fui del montón porque, a pesar de que mis notas eran muy buenas, había gente que rozaba la excelencia y alguna que la alcanzaba. Pero la verdad es que eso no me importa lo más mínimo.

La verdad es que creo que en el siguiente curso cabe la posibilidad de que ya no esté en esa clase porque todos o casi todos han elegido optativas de ciencias para el año que viene, y yo escogí letras.

Sea como sea, espero que si me toca en una clase diferente no cometa los mismos errores que aquel fatídico primer año y no me deje pisotear por nadie. Yo estaré ahí para aprender, alcanzar mis metas y cumplir mis sueños. Si hay gente que esté ahí para hacerles la vida imposible a los demás, no se los pondré nada fácil esta vez.


***

Espero no haberos aburrido con esta entrada y que ahora me conozcáis un poquito más xD. Yo personalmente me he desahogado muchísimo con esta entrada, y si alguno de vosotros ha pasado por lo mismo que yo: no os rindáis, no os dejéis pisotear.

~Candy

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